Después de usar tus joyas guárdalas individualmente, para que no rocen unas con otras, en un lugar seco y seguro, y preferiblemente en una superficie acolchada.

Nunca las dejes en zonas húmedas, y en la medida de lo posible, evita su contacto con el agua de la ducha, de la piscina o del mar, ya que podrían dañarse.

Evita el contacto directo entre tus joyas y productos químicos abrasivos. Los perfumes, los jabones y los cosméticos contienen productos químicos que pueden influenciar en la durabilidad de tus piezas.

Para limpiarlas, hazlo con un paño de algodón o una gamuza no abrasiva para eliminar la posible suciedad de la joya.